Las tumbas de los trujillos
El periplo de la vida, ese viaje de ida y regreso que todos acometen, fue para los Trujillo-Molina, ascendientes y descendientes, una odisea ríspida donde el poder acumulado durante treinta y un años, una vez hecho añicos, no pudo esquivar los vaivenes de la desgracia ni mucho menos pudo servir para sujetar las bridas irrefrenables de la parca, cuando ésta hizo su entrada definitiva en aquel entorno familiar.
Meses más tarde de que la boca muda de donde salieron tantas órdenes de mando –en palabras de Joaquín Balaguer- demostrara a todos “la tremenda realidad con toda su elocuencia aterradora”, los Trujillo iniciaron su camino hacia la muerte en la orfandad de los elogios y sin la presencia multitudinaria que siempre les acompañó en los desfiles onomásticos y en los corsos floridos.
Franklin Gutiérrez
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