Poema a Joaquín Balaguer












SABIDURÍA
Mi amigo, el más lerdo y el de alma sumisa,
 el que en amor nunca cometió un desliz,
 tiene la camisa del hombre feliz.

Aunque todo el mundo le apellida el tonto,
 el ríe con bondad, y se halla muy sabio 
porque hallo muy pronto la felicidad.

La fuerza es la plaga que al mundo corrompe,
que todo lo mancha, que todo lo rompe,
 pero él no se inmuta, y ante los horrores 
de la fuerza bruta se inclina sereno
como bajo el viento se arrodilla el heno.

La vida reparte lo bueno y lo malo:
el toma el regalo
 y luego, entre risas, reparte la hiel,
 y para sí mismo conserva la miel.

Mi amigo, el filosofo con aire de ilota,
 el que de amor nunca se bebió una gota,
 me dijo esta tarde, con aire falaz:
lleva siempre el ala del ensueño rota,

Sal siempre a la calle con cara de idiota,
 y antes que a tu prójimo quiere a ti mismo,
que el mundo se cubre con el antifaz
de un falso altruismo, de una falsa paz,
 y aunque siempre habla de Dios en el nombre,
 quien siempre le dicta la ley es Caifás  y es el  
anticristo quien manda en el hombre.

No esperes que el mundo te agradezca nada,
 cuando siembres trigo no esperes cebada,
 cuando hagas el bien  hazlo por ti mismo, 
sabiendo que airada la flor que has sembrado
 te herirás también.

Observa la norma del culto al nihilismo,
a ningún extraño le muestres tu pena,
 fiel a tu egoísmo
 ni exhibas la tuya
 ni empañe la ajena.

La víbora humana conserva el veneno
 que lleva en el seno, para hacer estragos
 y herir con más saña a aquel que ha sembrado
 más bien en tu entraña.

Colócate al margen del bien y del mal,
 y agrego, sarcástico, con gesto brutal
 si al mundo sonriendo le aceptas el reto,
 si forjas tú mismo tu propio amuleto
y si a nada ajeno rindes la cerviz,
 tendrás el secreto

 para ser feliz.



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